domingo, 22 de febrero de 2015

Medicalización de la vida y subjetividad, por Lierni Irizar.

MEDICALIZACIÓN DE LA VIDA Y SUBJETIVIDAD
LAS PALABRAS Y LAS PÍLDORAS
Lierni Irizar

La biomedicina contemporánea ha extendido sus tentáculos a la totalidad de la vida, ya no hay campo exterior. La definición de la OMS (1946) que considera la salud como “el estado de completo bienestar físico, mental y social y no sólo la ausencia de enfermedad y minusvalía” es una expresión de dicha medicalización. Estamos ante la consolidación de un saber tecno-bio-médico que forma parte del indisoluble lazo entre la tecnociencia, el capitalismo y el poder. [1]


La ubicación de la biomedicina en este entramado indisoluble tiene numerosas consecuencias. Una de ellas es la aparición y difusión de la idea de que una salud-felicidad total es posible y la convicción de que si uno no es feliz, algo falla en su organismo. La enfermedad ya no se ve como algo que forma parte de la vida sino que aparece como un error insoportable a eliminar. Además, si es un error, es imputable a alguien y ese alguien es el enfermo que no vive de forma “adecuada”. La culpabilización del enfermo está asegurada.
Otra consecuencia es la eliminación del sujeto. Eliminación que en la actualidad denuncian todos los saberes humanistas y que produce el auge de numerosas prácticas paramédicas o alternativas.
El debate no es sin embargo planteable en términos de medicina o antimedicina[2]. Es importante entender la medicina como parte de un sistema histórico, que a su vez forma parte de un sistema económico y de poder y por tanto resulta fundamental entender los vínculos entre la medicina, el capitalismo y la tecnociencia para repensar su lugar en la actualidad.

Considero necesario recordar que en pleno auge de la medicina científica, Freud, al separarse de la visión de la histeria de Charcot[3],  introdujo en su campo aquello que había quedado fuera: el sujeto.
Un sujeto que aunque se ignore, siempre está presente, incluso donde menos se lo espera.[4]
Pero ¿qué ha hecho la medicina con el descubrimiento freudiano? Podríamos afirmar que lo desconoce para ignorarlo. Lacan (2002) planteó que la única vía para la supervivencia de la función médica era seguir el camino abierto por Freud y sin embargo la biomedicina contemporánea no tiene en cuenta la singular aportación del discurso psicoanalítico.
Aunque muchos saberes plantean la necesidad de dar un lugar a la subjetividad, el psicoanálisis va más allá de estas propuestas al afirmar que el sujeto está estructuralmente dividido y que su doble condición de viviente y hablante, complejiza su relación con la satisfacción. El humano está afectado por lo que Freud llamó “pulsión” y Lacan “goce”, es decir, por una satisfacción paradójica. Estas dos cuestiones, la división del sujeto (la dimensión inconsciente) y el goce, son aspectos que la biomedicina actual no tiene en cuenta.
Otro aspecto fundamental que Lacan (2002) plantea es el efecto que el progreso de la ciencia tiene en la relación de la medicina con el cuerpo y que califica de “falla epistemo-somática”. Se refiere al modo en que la cuestión del “cuerpo verdadero” es eliminado en favor de un cuerpo purificado, un cuerpo que brilla y que es posible escanear, radiografiar, medir y condicionar. Un cuerpo deudor de la dicotomía cartesiana entre pensamiento y cuerpo extenso. Sin embargo, “este cuerpo no se caracteriza simplemente por la dimensión de la extensión: un cuerpo es algo que está hecho para gozar, gozar de sí mismo. La dimensión del goce está completamente excluida de eso que he llamado la relación epistemosomática.” El goce es aquello del cuerpo que se experimenta como vivo. Lacan habla de goce en el sentido en que el cuerpo se experimenta y es siempre del orden de la tensión, del forzamiento, del gasto, incluso de la hazaña. El cuerpo de la medicina es un cuerpo máquina liberado de toda la cuestión pulsional.
Lacan se pregunta en nombre de qué podrán responder los médicos a los desafíos que plantea la tecnociencia y el capitalismo contemporáneo si se pierde de vista esta referencia. Afirma que si el médico debe seguir siendo algo, su función sería la de continuar y mantener en su vida el descubrimiento de Freud y esto es algo que no ocurre. En la actualidad, los profesionales, lejos de recetarse a sí mismos y hacer uso de la palabra, recurren generalmente a la tecnología y a la píldora como respuesta.

Para contrarrestar el empuje actual a las píldoras, a los fármacos, propongo una dosis de palabras de un enfermo, de Anatole Broyard en su libro “Ebrio de enfermedad”.

La enfermedad es un relato.

Los relatos son anticuerpos contra la enfermedad y el dolor. Cuando varios médicos me introdujeron a la fuerza los aparatos de examen por el canal de la uretra, descubrí que me aliviaba mucho que me relatasen qué es lo que estaban haciendo. Sus charlas traducían o humanizaban el proceso. Me preparaban, me daban fuerzas, de alguna manera me consolaban. Cualquier cosa es mejor que ese espanto de sufrir en silencio. A veces pienso que el silencio puede matarnos.
El habla, los relatos o narraciones son las formas más eficaces de mantener viva nuestra condición humana. Guardar silencio es, de forma literal, cerrar la tienda de la propia humanidad.

Es importante tener en cuenta que el acto médico constituye una violencia contra el cuerpo que aunque sea legitimada por la eficacia terapéutica y aceptada para conseguir la salud, suele ser a manudo banalizada. La obra “cuerpo extraño” de la artista Mona Hatoum refleja bien esta cuestión. Es una instalación[5] que consistía en una especie de cabina en la que se proyectaban en el suelo imágenes aumentadas del cuerpo de la artista. Imágenes tomadas por una cámara endoscópica que plantean que:“…el cuerpo se vuelve vulnerable frente a la mirada científica que lo sondea, que invade sus fronteras, que lo transforma en objeto… Me dije que la introducción de la cámara, que es un “cuerpo extraño”, en el interior del cuerpo, constituiría la violación absoluta del ser humano, que no dejaría el menor recoveco sin explorar.[6]

Volviendo a las palabras de Broyard, “todas la curas son en gran medida “curas por medio de la palabra”, según la expresión de Freud. Todos los pacientes necesitan que los resuciten por medio del boca a boca, pues la conversación es el beso de la vida.

La figura del médico.

Ahora sé que tengo cáncer de próstata, de los nódulos linfáticos y de parte de mi esqueleto, ¿qué es lo que deseo de un médico? Yo diría que busco a alguien que sepa leer a fondo la enfermedad y que sea un buen crítico de la medicina.
Para llegar a mi cuerpo, mi médico tiene que llegar a mi carácter. Tiene que atravesar mi alma.
Tal como encarga unos análisis de sangre y un escáner de mi estructura ósea, me gustaría que mi médico me escanease a mí, que me palpase el espíritu además de la próstata. Sin algún reconocimiento, no soy más que mi enfermedad.

Considero fundamental seguir pensando la articulación posible o no entre psicoanálisis y medicina para que las palabras, demandas y deseos como los de Broyard, no queden silenciados. No es sin embargo una tarea sencilla ya que “es fácil escribir recetas, pero en cambio, es un trabajo difícil entenderse con la gente.”  F. Kafka, Un médico rural.


BIBLIOGRAFÍA

Broyard, A. (2013) Ebrio de enfermedad. Segovia: ediciones la uÑa Rota.
Foucault, M. (1996) La vida de los hombres infames. Buenos Aires: Acme.
Irizar, L. (2014) La pérdida del humano. Bilbao: Ediciones Beta.
Kafka, F. (2011) Un médico rural. Edición digital y gratuita en Amazon.
Lacan, J. (2002) Psicoanálisis y medicina. En J. Lacan (ed.), Intervenciones y textos I (pp. 86-99). Buenos Aires: Manantial.
Laín Entralgo, P. (2003) El Médico y el enfermo. Madrid: Triacastela.
Wajcman, G. (2011) El ojo absoluto. Buenos Aires: Manantial.





[1] Esquema desarrollado en “La pérdida del humano”.
[2] Foucault, M. (1996)
[3] Laín (2003)
[4]Un ejemplo claro es el ámbito de la farmacología y el efecto placebo.

[5] En 1994
[6] Wajcman (2011)

martes, 3 de febrero de 2015

ENCUENTRO DE LA RED EN BARCELONA EL 7.03.2015.

Tenemos que hablar: La relación clínica, ¿se pierde?
Fecha: 7 de marzo de 2015 de 11 a 13 de la mañana
Lugar: Sección clínica de Barcelona 
              Via Laietana, 64 2º2ª
              Barcelona

 LA RELACIÓN CLÍNICA, ¿SE PIERDE?
En el texto "La pérdida del humano" Lierni Irizar nos plantea que la biomedicina actual, en un intento de no dejar nada fuera de control en su deriva biologicista y mercantilista, ha excluido la singularidad humana de la relación asistencial. La ha perdido. ¿Podemos pensar de qué manera incluir lo propiamente humano dentro del tratamiento científico de la medicina? ¿Es posible hacerlo sin perder algo?
Programa
10:45   Recepción
11:00   Apertura Araceli Teixidó
11:10   Escuchar el sufrimiento: una clínica que respete la singularidad humana Lierni Irizar
11:30   El médico ¿humano? Araceli Teixidó 
11:45   De la relación con el paciente a la gestión de la clínica Liana Velado
12:00   Conversación  animada por Miguel Ángel Vázquez, Lierni Irizar, Araceli Teixidó y Liana Velado
12:55   Clausura Miguel Ángel Vázquez 

Coordinación mesa  Miguel Ángel Vázquez
Organización  Lierni Irizar y Araceli Teixidó (responsable)
Bibliografía

ü  Lierni Irizar La pérdida del humano Ediciones Beta III Milenio. Bilbao, 2014.  Trabajaremos a partir del capítulo “La relación clínica” Págs. 141 a 174
ü  Lázaro, J. y Gracia, D. “La nueva relación clínica” prólogo de El médico y el enfermo de Laín Entralgo. Ed. Triacastela. Madrid, 2003 Págs. 9 a 37

Ponentes

Lierni Irizar  Trabajadora social. Doctora en filosofía. Socia de la Sede de la ELP de Donostia.
Araceli Teixidó  Psicoanalista miembro de la ELP. Psicóloga clínica,  Hospital Sant Jaume en Calella (Barcelona). Coordinadora de la Red Psicoanálisis y Medicina.
Miguel Ángel Vázquez   Psicoanalista,  miembro de la ELP. Psicólogo clínico, Servicio de Psiquiatría, Servicio de Rehabilitación, Unidad de Rehabilitación Infantil del Hospital Universitario y Politécnico La Fe. Valencia.
Liana Velado   psicoanalista miembro de la ELP. Médico de Urgencias Extrahospitalarias. Clínica del Campo Freudiano en A Coruña.


Inscripción gratuita redpsicoaymed@gmail.com Aforo limitado. Reservas por riguroso orden de inscripción.

La Red Psicoanálisis y Medicina está inscrita en el Instituto del Campo Freudiano