Crónica
de la conferencia sobre “El subjecte autònom i el subjecte de l’inconscient” de
Araceli Teixidó. Por
Silvia Grases.
El sábado 16 de marzo Araceli Teixidó,
psicoanalista miembro de la CdC-ELP y de la AMP, psicóloga en el Hospital Sant Jaume de Calella
(Barcelona), directora del Centre d’Estudis Psicoanalítics de Medicina (CEPmedicina) y alumna del Master Retos del pensamiento contemporaneo de la UAB, fue invitada
a participar en el tercer ciclo de conferencias “Filosofía Viva” que tiene
lugar en Granollers (Barcelona). Este ciclo de conferencias es organizado cada
año por El Colador, colectivo que
busca dar a conocer el trabajo de investigadores del campo de la filosofía e
impulsar una reflexión sobre los problemas de la contemporaneidad, en
colaboración con Roca Umbert Fàbrica de les arts.
El acto, presentado por Alba G. Torrents,
licenciada en filosofía y miembro de El
Colador, se celebró en el Restaurant
Anònims, un lugar acogedor, que funciona como cafetería, restaurante y
librería, y que se transforma ágilmente en sala de conferencias de particular
encanto. En este ambiente intimista, el público pudo disfrutar de una
exposición muy interesante y accesible, a la vez que rigurosa, sobre el sujeto
autónomo y el sujeto del inconsciente, partiendo de la ética en juego en dos
campos diferentes, pero relacionados, como lo son el de la medicina y el del
psicoanálisis.
Araceli Teixidó partió de una distinción entre
ética y moral, destacando que la ética se juega en el campo del hombre libre
que, ante la finitud del conocimiento, ha de dar respuesta de su elección,
mientras que la moral trataría del acuerdo o desviación de un pensamiento o
conducta en relación a un bien, prefijado y conocido.
Por tanto, al hablar de ética en medicina nos
situamos en un campo de incerteza, en el que los médicos se confrontan a
decisiones muy difíciles, tales como plantear retirar un tratamiento a un
paciente que no se podrá curar, realizar o no una intervención que puede salvar
una vida pero al precio de graves secuelas, aceptar la negativa de un paciente
ante un tratamiento para dejarse morir. Por su parte, las diferentes posiciones
de los pacientes ilustran sobre la existencia de un sujeto que sufre, que tiene
una experiencia singular del cuerpo y una manera de relacionarse con él, que
es, para decirlo de una forma sencilla, lo que el psicoanálisis lacaniano
denomina goce.
Frente a estos dilemas, los médicos, expuso la
ponente, usan el método de la deliberación para tomar decisiones. Es la manera
en que se aplica la ética en medicina. Este proceso, hoy, ha de incluir al
paciente, de forma que un paciente puede negarse a recibir un tratamiento. La
respuesta del paciente, tomada así, pasa a formar parte de los datos del caso
para el médico. Por ello, si en su deliberación el médico no está de acuerdo
con la decisión del paciente, intentará la persuasión, es decir, convencer al
paciente a partir del razonamiento que ha usado en la deliberación.
De esta manera, el médico le hablará al paciente, pero no hablará con el paciente. La persuasión implica
la idea de un bien conocido y de un sujeto autónomo que puede seguir un
razonamiento que prescinde del cuerpo y del Otro. Sin embargo, la razón del
inconsciente no es la de un sujeto autónomo, sino que depende del cuerpo y del
lenguaje.
En este sentido, ante una decisión de un
paciente que parece ir en contra de sí mismo, el psicoanálisis invita al sujeto
a conversar. Araceli Teixidó explicó cómo, en su experiencia, a menudo solo el
hecho de dar la palabra al paciente como sujeto, de preguntarle por qué, tiene efectos sobre los puntos
de detención. Desmontando el prejuicio de que la falta de tiempo no permite
orientar el trabajo con el paciente de otra manera.
La conferencia, en un estilo que invitaba a la
conversación, dio paso a un coloquio en el que el público se mostró a gusto y
muy participativo. Muchas de las preguntas apuntaban directamente a ese terreno
sin garantías, en el que el deseo de curar del médico se enfrenta a su límite,
como en el caso de a quien corresponde decidir sobre si luchar a toda costa por
la vida de un niño que nace con graves plurideficiencias, o si los padres, en
esa decisión que se juega en un momento de extrema vulnerabilidad y
sufrimiento, preguntados por si quieren que su hijo viva, están en condiciones
de tomar la decisión. Hubo también preguntas y comentarios sobre lo que puede
escuchar cada persona de lo que dice el médico, a partir de la experiencia que
aportó una persona del público de una visita médica en que acompañó a un
familiar. El acompañante entendió que el médico, entre líneas y con una cierta
delicadeza, desaconsejó perseverar en un tratamiento, duro, que no ofrecía
expectativas reales de curación, mientras que el paciente, en la misma visita,
entendió que había esperanza y optó por tratarse. Esta experiencia, entre otras
que aportó la conferenciante, permitió, además, poner en evidencia, en último
término, la importancia de respetar las decisiones del sujeto, aun cuando
puedan no ser compartidas.
Hubo también preguntas en relación con la
neutralidad analítica, lo que permitió a la conferenciante perfilar que la
neutralidad absoluta es un ideal que no existe. Un psicoanalista puede, ante
alguna de estas situaciones extremas, tener su propia opinión. Pero el
psicoanalista sabe que se trata acompañar y respetar al sujeto en su decisión.
Otras intervenciones se refirieron al uso de
algunas palabras, en especial del término con que se denomina hoy a los
pacientes: usuario. Si bien este
término pretende atribuir libertad e igualdad a la persona que consulta al
médico, remite la relación asistencial al discurso contractual, donde el sujeto
se convierte en un objeto. Pero la raíz del término paciente que, nos recordó Araceli Teixidó, no remite a paciencia,
falsa significación bastante extendida, sino a pathos, sufrimiento, apunta a la verdad de lo que está en juego en
la persona que se dirige al médico.
En conclusión, este acto de Filosofía Viva, no solo nos permitió dar
alguna vuelta más para circunscribir mejor los bordes de esa zona de incerteza,
único lugar en donde puede existir acto, acto médico en este caso, sino también
participar de una conversación viva
entre una psicoanalista, algunos filósofos y un público variado y con ganas de
pensar sobre los retos de nuestro mundo.
Fotografías: Arnau Bellavista - el colador