De la ética del antibiótico a
la ética de la palabra (1).
Por Araceli Teixidó.
La ética en medicina suele
plantearse en ocasión de graves dilemas, pero podemos considerar también una
ética cotidiana: la ética de la posición del médico (2). Propondré a
continuación que ésta se mueve entre dos términos de la ética del antibiótico a la
ética de la palabra.
Podríamos pensar que la
penicilina marca una divisoria entre el chamanismo y la medicina científica,
entre dos modos de entender la medicina, entre dos posiciones del médico.
Antes de que la medicina se
identificara al modelo científico natural basado en el tratamiento de las enfermedades
infecciosas, el médico curaba también con su presencia, con sus palabras. Nunca
excluía la posibilidad de la muerte. Si el paciente no se curaba, él continuaba
a su lado. El médico asumía los límites del poder de la medicina al hacerse
cargo de sus imposibles.
Hasta que el antibiótico
subvirtió esta proporción al introducir la posibilidad de que el paciente no
muriese (3). La compañía del médico devino menos importante: se trataba de
curar (4).
A partir de ese momento se fue
configurando una posición que propongo llamar ética del antibiótico. Se puede resumir en la actitud habitual
entre algunos médicos: yo hago bien mi
trabajo, déjeme en paz, no me cuente
su vida. (5)
Por otro lado, sabemos que el antibiótico no
alcanza el ideal. La enfermedad y la muerte no han sido erradicadas. Pero se fue
asociando cada vez más medicina con salud. Entendiendo la salud de una sola
manera que se impuso. ¿Con que criterio decide el médico cuál es el interés del
enfermo? (6)
Existe una diferencia entre el
bien que se quiere para el enfermo y lo que el enfermo desea. Diferencia que
podemos ejemplificar con la realidad de las decisiones que cualquier persona
toma en su vida. Lo bueno se localiza en el lugar del ideal a realizar, pero en
las decisiones cotidianas elegimos según otra referencia, incluso contra
nuestro bien. Porque se trata de otra clase de bien que no es el del ideal (7).
En el ideal estimamos que lo bueno es ir al gimnasio, comer equilibradamente,
sostener relaciones personales sanas…pero en realidad elegimos quedarnos en
casa, comer lo que sea y continuar esa relación que no nos conviene.
Sin embargo cuando decidimos por el
enfermo, el criterio será el bien del ideal. Es decir, nosotros transgredimos
cada día nuestra dieta pero al enfermo le haremos cumplir: por su bien (8).
El antibiótico y su potencia inauguraron una
medicina en la que se podía curar a la mayoría de pacientes sin atender a sus
particularidades. Lo particular en medicina no son sólo las diferencias
individuales en las manifestaciones de una enfermedad. Particular es la manera
de entender cada uno su enfermedad y la relación con el médico; particular es
la manera de entender el propio bien. Esta es la particularidad que se excluyó
con la entrada de la medicina en el ámbito científico (9).
La filosofía de los cuidados
paliativos, al reintroducir el límite en la potencia de la medicina,
reintroduce el valor de la relación entre el médico y el enfermo.
La falta de soluciones relativiza
la idea de lo que sea el bien y nos obliga a reconsiderar la ética (10).
Victoria Camps
(11) señala que los problemas de los clínicos no
se plantean ante cuestiones abstractas si no ante pacientes concretos. Es en el
caso por caso que aparecen los dilemas éticos. Y aunque los principios orientan
la práctica y por tanto son imprescindibles, no nos dicen como se resuelve cada
caso.
El psicoanálisis como práctica de la palabra
¿puede arrojar luz sobre estas cuestiones? ¿Podríamos hablar de una ética de la
palabra desde esa perspectiva?
El sujeto de la ética kantiana, el sujeto
autónomo de la ética médica no es el mismo que el de la ética del
psicoanálisis, el del inconsciente.
El sujeto kantiano es el sujeto autónomo, el de la razón. El sujeto
freudiano es el del inconsciente, el de la razón que falla, pero que no falla
porque si, si no que llama a otra verdad que no es la de la razón (12). Se trata de él cuando hablamos
de aquellas decisiones que contrarían el bien del ideal.
A pesar de la diferencia, quizá se les pueda relacionar
puesto que se trata en ambos casos de un sujeto al que se considera responsable
de sus actos y decisiones.
Araceli Teixidó
Psicóloga clínica, psicoanalista
1. Las
consideraciones tratadas en este texto parten de la Comunicación presentada en
el VII Congreso de la SECPAL, “Cuidados paliativos: de la ética del antibiótico
a la ética de la palabra”. Es un trabajo que tiene su raíz en el trabajo del
Grupo de Bioética de la SECPAL, del cual formé parte.
Las
elaboraciones planteadas son fruto del trabajo clínico en la unidad de Larga
Estancia donde atendemos a enfermos paliativos no oncológicos y a sus familias.
Es un trabajo en el que se colabora estrechamente con los médicos y las
enfermeras de dichos equipos en la atención de los aspectos psicológicos de la
tarea asistencial. Las elaboraciones teóricas son también fruto de mi actividad
en el marco del trabajo en la Escuela Lacaniana de Psicoanálisis y el Grupo de
Investigación sobre Psicoanálisis y Medicina de la Sección Clínica de Barcelona
del Instituto del Campo Freudiano.
2 .Lacan, J. Psicoanálisis y medicina. En: Intervenciones y textos 1. Buenos Aires: Ediciones Manantial. p.
86-99.
3. Entralgo,
L. La praxis médica. La realidad del enfermar. En: Historia de la Medicina.
Barcelona: Salvat Editores; 1978. p. 643-644
4. No son
estas directamente las afirmaciones en los textos de Historia de la Medicina,
pero se pueden deducir del estudio de la misma.
5. Un
ejemplo que muchos reconocerán sería el protagonista de la serie House, médico
que falta a la ética de la palabra amparándose en un objetivo puramente
científico y en la eficacia de su método.
6. Fainzang, S. La relation médecins-malades:
information et mensonge. Paris :
Presses Universitaires de France; 2007.
7.Lacan, J. La función del bien. En: Seminario 7. La ética del psicoanálisis.
Buenos Aires: Editorial Paidós; 1988. p. 263-277.
8.Barbero, J. El respecte pel
dret de les persones que no poden protegir-los. L’ Alzheimer un
repte per la infermeria. EUI Santa Madrona. “Obra Social de la Caixa“. p.115-119.
9. Palomera, V. Psicoanàlisis y medicina. En Amor, Cuerpo y locura. Córdoba: Hugo Báez Editor; 2005. p. 7-27.
10. Miller, J-A. Patología de
la ética. En: Lógicas de la vida amorosa.
Buenos Aires: Ed. Manantial; 1989. p. 65
11.Albert R. Jonson et al. Prólogo de Victoria Camps. En: Ética clínica. Barcelona:
Ariel; 2005. p. 7-11
12. Varios
Autores “Seminario Lakant” Barcelona: ELPCF; 2000. ISSN.1576-3145 p. 23 a 28 y 32.
[1] Extracto
de la comunicación libre presentada en el Congreso de la Sociedad Española de
Cuidados Paliativos – SECPAL - el año 2008 en Salamanca
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